Julio Parragués primer nieto de Tomás
Mi padre al que llamaban Toto amaba a su abuelo Tomás .
Contaba muchas anécdotas del abuelo muy divertidas .
Tomás desayunaba con una taza de café con un trozo de manteca dentro y esperaba que el calor del café derritiera la manteca , no se si es verdad , no se si lo hizo una vez para impresionar a mi padre , o era su desayuno habitual.
Pero recuerdo alguna vez en mi infancia fantasear con preparar un café así ,nunca lo intenté no creo que me hubieran permitido.
Siempre lo recordaba cuando mojaba mi pan con manteca en el café con leche , cuando se desprendían los trocitos de manteca , quedaban flotando , amarillos con un brillo de aureola . En mis desayunos estaba Tomás presente .
Contaba mi padre que en una fiesta de casamiento en la localidad de Tala (Departamento de Canelones en Uruguay ) , donde vivían parientes de mi abuela paterna ( nuera de Tomás ), mi bisabuelo terminó cantando con la gorra del comisario y el comisario con la boina de Tomás con esa alegría que el vino produce.
Dicen que en lugar de poner un vaso con agua en la mesa de luz , para la sed de la noche . El tenía un jarro esmaltado bien surtido de vino tinto , su bebida preferida.
Tomás era zapatero remendón , reparador de calzado , con habilidad para confeccionar zapatos desde el comienzo . Pero dedicado a la reparación. El taller era la parte delantera de su propia casa.
Tomás era trabajador independiente , sin jefes , sin patrón , sin darle cuentas a nadie de lo que hacía.
Un anarquista puro y duro .
Con su oficio logró sustentar a sus hijas e hijo , ya que Tomás enviudó a los 36 años y quedó a cargo de tres niñas la mayor de 9 años y un niño , el menor de 1 año y medio .
Son pocas las historias que nos llegaron de Tomás , pero eso si, las escuchamos miles de veces porque se las hacíamos contar una y otra vez a mi padre y mi abuelo César , el hijo de Tomás .
Mi abuelo César , al que llamábamos Tata , nació un 24 de setiembre de 1907 y a su padre lo mataron un 24 de setiembre de 1936 .
No recuerdo que nunca me lo hayan contado , me enteré por los datos que me acercó Santiago Macías sobre la muerte de Tomás. Es decir que esto lo supe en el año 2018 . Cuando dejé un mensaje en el facebook de Lombillo de los Barrios y me escribió Santiago diciendo," tengo noticias de tu bisabuelo".
Siempre tengo presente la tristeza de mi padre cuando contaba el momento en que Tomás sube a un barco para volver a España en el año 1933.
Era el 31 de mayo de ese año y Tomás tenía pasaje en el vapor Arlanza con destino Southampton y escalas, su escala era a Coruña .
Dicen que fueron al puerto a despedirlo , hijas , hijo y toda la parvulada de nietos , mi padre casi con 10 años era el más grande de todos junto a otros de los ya grandecitos estaban subidos a una carreta de esas que movían las mercaderías en el puerto .
Nadie en su familia quería que Tomás viajara , la última carta, pensaba mi padre, era gritarle para que no lo hiciera.
Parragués subía la planchada y los nietos le gritaban , " abuelito no te vayas " , Tomás los miró por última vez y dijo " Parragués solo" y se perdió en los interiores del buque .
A mi padre lo acompaño siempre la triste sensación de no haber sido lo suficientemente convincentes como para que Tomás cambiara su idea de viajar .
Mi padre tuvo la suerte y la desgracia de haber conocido a su abuelo en profundidad , él tenía 9 años cuando Tomás regresó a España .
El primer nieto de un español en Uruguay, tener un abuelo español aquí es algo especial, por su forma de hablar y ser . De un hombre con las características de Tomás , alegre , divertido a quién le gustaba cantar y bailar , comprometido con su familia y la felicidad de su familia . Trabajador responsable , buen padre y mejor abuelo.
Un dolor así en el corazón de un niño no se cura nunca , tal vez esa tristeza de mi padre es lo que me motiva a seguir buscando a Tomás .
Lo buscaré siempre , aunque tenga una carretera sobre sus restos , aunque se haya convertido en camino , sepan que me deben sus huesos , y me deben para siempre un pedido de disculpas por mi padre y por mi abuelo y por todos los descendientes que dejó Tomás en Uruguay y Argentina.
Leonardo Parragués
Mi padre Toto Parragués
Somos la memoria de los nuestros. Memoria magníficamente contada. Me gusta tu blog.
ResponderBorrarme alegra el corazón tu comentario , muchas gracias
ResponderBorrarQué buena crónica Leo!! Me acuerdo muy bien de Toto y de tu tío Tito. Cuando te referís a tu abuela paterna te referís a Carmelita, también me acuerdo de ella. Cuando los visitábamos en Lagomar nos hacía pan con manteca y café con leche, y Tío César nos llevaba a pasear por el lago en la chalana.
ResponderBorrarme imagino que Tata César te habrá dado una caña de pescar , lo primero que hacía era enseñarte a que no te clavaras el anzuelo . luego hacer una bolita con pan para poner de carnada , fuerte abrazo
ResponderBorrarbien escrito para que no haya olvido , felicidades
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